evasión

Hoy.
Unas ganas tremendas de evadirme me han invadido, y me han conducido a la línea 15 del transporte urbano. He llegado hasta el Time Square mallorquín. Allí, he vuelto a coger al autobus. Esta vez, la línea 3.
El centro comercial era puro gentio. Niños llorando por aquí, jovenes con las hormonas alteradas por allá, el olor a palomitas recien echas acullá.
De banda sonora, Najwa Nimri y su último primate (¿teneis idea de lo obsesionada que estoy con esa canción?)
Como si de un laberinto se tratase, para ver algún escaparate debias ir esquibando obstaculos y guiandote por tu instinto. Las madres con cochecitos que abarcaban media tienda era lo peor que podías encontrarte, la verdad, pero con tal de ambientar un poco el relato.
Y claro, como no podía ser de otra manera, he de mencionar a los odiosos turistas, que, aparte de no entender un pito de lo que se les dice, creen que las aceras, las tiendas y los autobuses son completamente suyos, usandolos como les viene en gana y retrasando al personal.
Odio a los odiosos turistas.
Y a las madres que creen que ir de "shopping" con el cochecito del bebe no molestará a nadie por el mero echo de que son madres.
Odio tener que odiar.